sábado, 30 de junio de 2012

Doble beneficio de las cortinas forestales: protección de cultivos y rédito económico



A las ya conocidas ventajas que ofrecen las cortinas forestales contra el viento, se suman el valor primario y el agregado que pueden obtenerse al industrializar la madera.


 
Las cortinas forestales –si están correctamente diseñadas y ejecutadas– presentan efectos positivos dentro de los cuales se pueden señalar la reducción de daños por rameado y heladas tardías en fruticultura (temas tratados en la entrega del sábado pasado).
Dado que también constituyen una fuente de recursos maderables se presentan como alternativa para diversificar la estructura económica de la región del Alto Valle, permitiendo así una reducción de los efectos adversos de un modelo basado en monocultivo.

Potencial Forestal
Hace menos de una década, en sus mejores épocas, las cortinas forestales tenían un importante impacto en la economía regional. A modo de referencia cabe destacar que llegaron a ser responsables de la generación de valor agregado por un monto de 33 millones de dólares anuales.
Según un estudio realizado por el Ing. Agr. Norberto Serventi, en el 2005 la superficie total bajo riego de la Norpatagonia superaba las 170.000 hectáreas.
Teniendo en cuenta los antecedentes históricos de la actividad y este potencial forestal que presenta la zona, el Ing. Agr. Serventi realizó un análisis para tratar de evaluar, a través de la proyección de un buen manejo de las mismas, cuánto pueden llegar a generar en volumen de madera (mv), valor primario y valor agregado 1.000 km de cortinas forestales. Para ello asume que 600 km corresponden a cortinas dobles y 400 km a simples.
De acuerdo con los resultados del análisis, con una extensión de 1.000 km de cortinas forestales se pueden obtener 840.000 mv de madera en pie, cuyo valor primario superaría los 17 millones de dólares. Pero ese volumen de madera tras sufrir algún proceso de transformación genera un valor agregado del orden de los 72 millones de dólares (ver infogramas).
De acuerdo con otro cálculo efectuado por el Ing. Ftal. Julio García, a partir de distintas experiencias verificables en la región, un productor puede obtener de una cortina forestal doble más de 18.000 pesos de ingresos.
Para llegar a esta cifra cabe destacar que se asume que se emplean plantas de un año de las variedades más adecuadas, dispuestas con un distanciamiento de 1,50 metros entre plantas y tres entre fila. También se supone que durante los tres primeros años se realiza un sencillo manejo de poda. De esta manera, al cabo de unos 15 años y dependiendo de los sitios forestales, se pueden obtener unas 134 toneladas de madera cada 100 metros de cortina doble. Considerando un valor de mercado de 140 pesos por tonelada de madera a valores actuales de mercado, pueden significar ingresos a un productor por unos $18.000.
Ya que los costos de implantación y poda son cubiertos por los Aportes No Reintegrables del Estado Nacional a través de la ley 25080, a los que se puede acceder a través de una presentación en forma directa del productor si la plantación incluye menos de 8.000 plantas en cortina por año (10 hectáreas equivalentes), o a través de un profesional inscripto en el registro de profesionales creado por la ley, si las supera, la renta es neta.

Cortinas en el sur
En toda la Patagonia el viento puede convertirse en un factor limitante para algunas actividades agrícolas. Para reducir su velocidad se conforman cortinas cortaviento. De acuerdo con estudios realizados por P. Peri, éstas pueden modificar variables microclimáticas como la temperatura, evapotranspiración y humedad del suelo, con su consecuente efecto sobre los cultivos.
En el estudio "Cortinas cortaviento en Patagonia Sur: Revisión del conocimiento actual" de Peri, presentado en las Jornadas de Salicáceas en el 2011, se destaca el rol de las mismas en la siembra del cultivo de alfalfa en los valles de Santa Cruz. Esta actividad agrícola permite la producción de heno para suplemento alimenticio invernal, principalmente del ganado ovino-bovino.
Los resultados de una experiencia de producción de materia seca (kg MS/ha) de alfalfa variedad Dawson bajo protección de una vez la altura de la cortina cortaviento y al descampado, en la localidad de Gobernador Gregores, muestra que la protección resultó un 66% mayor a la que no la tenía. La mayor diferencia se produjo en el primer corte, obteniéndose 6.146 (kg MS/ha) contra 2.287 en el cultivo desprotegido.
En otro estudio se evaluó durante tres años (2007-2009) la producción promedio de forraje (kg MS/ha) de cultivares de alfalfa para tres distancias de siembra desde la cortina cortaviento. Los resultados del mismo evidencian que la implantación de una cortina cortaviento promueve un aumento de la producción de la superficie protegida, determinado por la disminución de la velocidad del viento.
En lo que respecta a la distancia a la cual se debería plantar la próxima barrera forestal, un experimento llevado a cabo por Peri en el 2006 establece que el distanciamiento óptimo entre cortinas viene determinado por la combinación de varios factores: la altura que alcanzará la misma, la velocidad media del viento durante el período de floración y desarrollo de los frutos y sensibilidad del cultivo al fenómeno. En el infograma adjunto pueden observarse los resultados obtenidos para cortinas densas y la sensibilidad del cultivo de cerezas al viento. Las diferencias indican la importancia de la planificación en el diseño de cortinas cortaviento.