Una
opción económica y ambientalmente equilibrada
Crece el interés de productores por aprovechar el uso de la
tierra de una forma sustentable.
La combinación de especies arbóreas con
producción ganadera
disminuye los riesgos económicos debido a la
diversificación
(Foto: Ing. Norberto Serventi).
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Los sistemas silvopastoriles surgieron como una
manera de optimizar la producción y procurar un rendimiento sostenido de la
tierra mediante la combinación de componentes arbóreos con ganadería o con
otros cultivos.
En la búsqueda de mejorar la eficiencia de estos
sistemas es que se desarrolló del 9 al 11 de mayo, en la ciudad de Santiago del
Estero, el Segundo Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles, con el lema
"Una oportunidad para el desarrollo sustentable".
Dicho evento estuvo organizado por el INTA EEA
Santiago del Estero, con el apoyo del Ministerio de la Producción de esa
provincia y la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE).
La reunión, con gran éxito de convocatoria,
demostró el interés por parte del sector privado en estos sistemas productivos,
después del primer congreso celebrado en Posadas, Misiones, durante mayo del
2009, definiéndose la realización del próximo en el delta del Paraná en el
2015.
Con el nombre de "sistemas silvopastoriles,
agrosilvopastoriles o forestoganaderos" se agrupa a un conjunto de
técnicas de uso de la tierra que implica la combinación o asociación deliberada
de un componente arbóreo, con ganadería y/o cultivos en el mismo terreno. Estos
sistemas se estructuran con interacciones ecológicas y/o económicas
significativas entre los componentes. Es silvopastoril cuando sólo se presenta
el componente arbóreo y el animal, agrosilvícola cuando no participa el ganado
y se producen hortalizas, pasturas y/o cereales en el espacio existente entre
las filas de árboles y silvopastoril, cuando el ganado (bovino u ovino) se
alimenta de pasturas interfilares bajo los árboles.
Foto gentileza Ing. Norberto Serventi |
Estas combinaciones pueden ser simultáneas o
secuenciales en el tiempo y en el espacio, y su objetivo es optimizar la
producción del sistema y procurar un rendimiento sostenido.
Rossi y Torrá señalan en un estudio realizado en
el delta del Paraná que "sería muy largo de enumerar la gran cantidad de
factores positivos que ofrece la implementación de estos sistemas de producción
pero los podemos resumir en los siguientes puntos:
€ Optimizan la utilización de los recursos
naturales.
€ Mejoran la producción y calidad nutritiva de
los pastizales.
€ Por efecto del ambiente, de confort para la
producción animal, sombra y reparo cumplen en gran parte las pautas de
Bienestar Animal.
€ Aumentan la protección del suelo contra la
erosión hídrica y eólica.
€ Aumentan la biodiversidad gracias a los
diferentes micrositios que ofrece el sistema para refugio y reserva de fauna y
flora.
€ Cumplen un rol importante en la fijación de
carbono en el suelo.
€ Se disminuyen los riesgos de incendio en las
plantaciones forestales.
€ Mejora la reincorporación de nutrientes al
sistema por efecto del bosteo y orina de los animales.
€ Se mejora la rentabilidad del sistema, al
intensificar la cantidad de productos por unidad de superficie.
€ Se disminuyen los riesgos económicos por la diversificación
de la producción.
Según el Dr. Peri, en Patagonia los sistemas
silvopastoriles se centran principalmente en: 1) sistemas silvopastoriles en
bosques nativos de ñire (Nothofagus antarctica) con pastizales naturales y, en
menor medida, con introducción de pasturas; 2) sistemas silvopastoriles de pino
(principalmente Pinus ponderosa y Pinus radiata) instalados sobre pastizales
naturales de coirón dulce (Festuca pallescens) y coirón amargo (Stipa speciosa)
en el ecotono y 3) en menor medida, sistemas silvopastoriles con salicáceas
(Populus spp y Salix spp) con pasturas en valles irrigados.
En los bosques nativos, la cuestión de
conservación de recursos genéticos y biodiversidad asume valores principales, y
los que se encaran en bosques implantados donde los objetivos son un mejor
aprovechamiento del suelo, la luz y el agua, en los que se logra una mejora en
el perfil financiero del proyecto. Analizaremos en esta serie de notas a los
segundos, ya que representan los de interés para las áreas bajo riego.
Los sistemas forestales "puros"
presentan como principal desventaja una larga inmovilización de los recursos
invertidos con retornos que se concentran al finalizar el turno de corta, que
hablando de álamos bajo riego oscila entre 12 y 15 años.
Foto gentileza Ing. Norberto Serventi |
Los agrosilvopastoriles permiten obtener
ingresos escalonados, en los que se resigna parte de la renta forestal pero
equilibra el flujo de caja del proyecto. De esta manera, en algunos casos los
costos totales son solventados por la actividad entre los árboles y la madera
obtenida, renta neta.
En las zonas bajo riego, cuando se iniciaron las
primeras forestaciones en macizo con álamos en zonas bajo riego, se hacían con
altísimas densidades de más de 1.100 plantas por hectárea, apuntando a producir
postes o madera para pasta celulósica, según la región, y madera gruesa
aserrable.
Luego, la aparición de nuevos usos industriales
como el debobinado empujaron a las plantaciones a densidades más bajas (270 a
500 plantas por hectárea) para obtener madera de mayores diámetros, dejando
amplios espacios improductivos entre las filas de árboles durante la primera
mitad del ciclo de corta.
En muchos casos, el componente ganadero se
introdujo para combatir las malezas que crecían bajo los árboles y así se
transformó un costo (desmalezar) en un recurso (carne). Eso dio la posibilidad
de sembrar pasturas destinadas a corte durante los primeros tres o cuatro años
e intersembrar luego con una mezcla que va siendo modificada a medida que
cambian las condiciones de iluminación, y optimizar la ganancia en peso de los
animales. En otros casos se opta por cultivar hortalizas o maíz durante el
primero y segundo años y pasar luego a las pasturas. El menú productivo elegido
depende de las posibilidades productivas y comerciales del emprendimiento, su
localización, escala, etc.
Fuente: Diario Río Negro - Suplemento Rural (28/07/2012) - Tec. Reg. DPF-MAGyP/CPFS-PMSRN Ing. Ftal. Julio D. García