lunes, 28 de enero de 2013

Forestación a raíz profunda: un método que promete más producción a un menor costo


La gran ventaja de este tipo de plantaciones es la no dependencia de un sistema de riego para su desarrollo.
Son muchos los factores determinantes que juegan un rol clave en el éxito o fracaso de una explotación forestal. La elección del turno, la densidad de la plantación y la selección de la especie y el clon más adecuados son sólo algunos. Pero la definición de estas variables está sujeta a parámetros iniciales que podrían considerarse exógenos puesto que vienen dados por los caprichos de la naturaleza, como las condiciones climáticas y edáficas del terreno. Tal vez sea éste el punto de partida para la toma de decisiones, más si se tiene en cuenta que la tierra apta para producción primaria y el agua se están convirtiendo en recursos escasos, lo que obliga al hombre a hacer un aprovechamiento integral y eficiente de los mismos.
En este sentido, el método de plantación a raíz profunda es una herramienta que consiste básicamente en introducir plantas a una profundidad tal que sus raíces alcancen el nivel de la capa freática en el momento de menor caudal. De esta manera es posible poner en producción terrenos aluviales de suelos no muy fértiles pero con capas freáticas a profundidades accesibles.

En las Jornadas Salicáceas 2011 realizadas en Neuquén el ingeniero de Montes español José Luis García Caballero presentó un estudio en el cual destaca el enorme potencial de esta técnica de plantación y describe brevemente la amplia difusión que tiene en toda la cuenca hidrográfica del río Duero, que cubre más de 78.000 km². De ésta, casi la totalidad se encuentra comprendida dentro de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. En esta zona existirían alrededor de 75.000 hectáreas destinadas a las salicáceas, de las cuales el 60% se encuentra en manos de privados. En cuanto al método de implantación, el autor señala que en el 77% (57.000 hectáreas) de la superficie de álamos de producción se utiliza el de raíz profunda, en tanto que el restante 23% corresponde a plantaciones de álamos a raíz superficial. Ahora bien, la técnica en cuestión presenta ventajas y desventajas con respecto a la plantación superficial. Entre las primeras se destacan la no dependencia de una infraestructura de riego y, por ende, de la disponibilidad de agua (especialmente durante el verano), así como también del mantenimiento de la misma por un lapso de tiempo que puede oscilar entre los 12 y los 15 años.
Entre los puntos negativos sobresale el mayor costo de implantación. En virtud de estas características y otras (ver recuadro aparte), para García Caballero la plantación profunda ofrece siempre mayor garantía de éxito.
Consideraciones económicas
En cualquier actividad económica el objetivo es el de maximizar el rendimiento obtenido de la inversión. En el caso de la populicultura esto se lograría a través de la producción de madera de calidad y teniendo en cuenta las exigencias del sector industrial. García Caballero puntualiza que en el caso de la cuenca del Duero se apunta a proveer materia prima adecuada para el debobinado, para lo cual se requieren árboles de gran volumen sin defectos de forma ni estructura que proporcionen madera poco densa y de color lo más blanco posible.
En su trabajo presenta resultados de una experiencia en la provincia de León (España), de los cuales se desprende que la producción total (mv/ha) en una plantación a raíz profunda es entre un 10 y un 20% superior a la obtenida en una plantación a raíz normal con riego.
En cuanto a los costos totales a final de turno, el estudio indica 1.900 euros por hectárea en el caso de napa profunda contra 3.900 euros en el de raíz superficial, es decir, una diferencia del orden del 50%. Consecuentemente, García Caballero concluye que la rentabilidad de la plantación a raíz profunda es superior a la superficial debido a la combinación de una mayor producción y menores costos de explotación.
Fuente: Diario Río Negro